Trump o cómo escapar de un caimán

La cacería de inmigrantes sin papeles es una obsesión del presidente y el motor de la guerra cultural de la Casa Blanca
Los perfiles de redes sociales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) son catálogos de fichas policiales de personas que nadie quisiera en su vecindario. Criminales convictos, en su mayoría, o fugitivos acusados de delitos gravísimos. De vez en cuando, los mensajes que acompañan los rostros pretenden resultar sarcásticos y las descripciones de las fotografías recuerdan más a la voz en off de un documental de true crime que a la seriedad que se presupone al trabajo de una agencia federal. Así, por ejemplo, el hondureño Andrés Alexander Ramos Villanueva, con un historial de violencia de género, tiene “una media sonrisa decepcionada” y “mechones prominentes”. Él, igual que todos los demás, está detenido y será deportado. Como los otros, es un indocumentado. Y la publicación de su caso en X sirve para instalar en el imaginario colectivo una ecuación tan falsa como eficaz: extranjero, luego delincuente.
El paralelismo no es sorprendente. Pese a la nula sofisticación de la mentira, es materia prima de buena parte del discurso de la ultraderecha a las dos orillas del Atlántico. Lo que supone una novedad es el uso sin pudor de esa propaganda por parte de instituciones públicas. La cacería de inmigrantes sin papeles no es solo una promesa electoral y una obsesión personal de Donald Trump, sino que es el comodín de toda la Administración republicana. Es el cebo cotidiano del movimiento Maga (Make America Great Again), el motor de la guerra cultural trumpista, y también es una herramienta para desviar la atención cuando más convenga.
Todo en el segundo mandato del magnate está permeado por la política migratoria, de la recién promulgada reforma fiscal a las negociaciones sobre aranceles, y todo es amplificado por el aparato de propaganda del Gobierno a través de las redes sociales, empezando por el propio presidente y la Casa Blanca. El mandatario inauguró la semana pasada un centro de detención de inmigrantes bautizado por las autoridades como Alligator Alcatraz, en Florida. Bromeó sobre cómo enseñar a los detenidos a escapar de los caimanes —“no corras en línea recta, tus posibilidades aumentan aproximadamente un uno por ciento”, dijo a la prensa— y su oficina publicó un meme con tres cocodrilos con gorras del ICE.
En la misma visita a Florida, Trump llevó más allá la línea de la propaganda al lanzar el globo sonda de la deportación de ciudadanos, en caso de ser personas peligrosas. “Ahora pide deportar a los estadounidenses”, denunció una cuenta llamada Republicanos contra Trump, con casi un millón de seguidores en X. “Tenemos mucha gente mala, muchos de ellos nacidos en nuestro país. Creo que también deberíamos sacarlos de aquí, si quieres saber la verdad. Así que quizás ese sea el próximo trabajo”, había afirmado en una comparecencia.
El fenómeno, en realidad, ya ha empezado. Aunque todavía no se han producido deportaciones, los agentes del ICE han detenido en ocasiones a ciudadanos estadounidenses. Un episodio especialmente sonado se dio en Montebello, California, a mediados de junio. Los uniformados retuvieron “a un grupo de personas asumiendo que eran indocumentados”. “Pero aquí va la verdad: todos nacieron y crecieron en el este de Los Ángeles. Todos ellos son ciudadanos estadounidenses. Esto es, simple y llanamente, discriminación racial. Si no lo hubieran filmado, podría haber pasado desapercibido”, denunció una cuenta de la comunidad.
El ICE tendrá, tras la aprobación de la “ley grande y hermosa” de recortes fiscales, más presupuesto que el FBI o la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, según distintas estimaciones. La asignación de recursos da una idea de las prioridades de Trump. Mientras tanto, el presidente, la jefa de la agencia migratoria, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y todo el Gabinete sostienen su plan aferrados a la falacia lógica más antigua del mundo: los enemigos son extranjeros.