Geño entre dos fuegos

El rompimiento ordenado por Manuel Muñoz Cano con Morena y el gobernador Américo Villarreal ha dejado al Partido Verde Ecologista de México en Tamaulipas en una posición incómoda y cuesta arriba. El cálculo no es menor: quien hoy ocupa un cargo nacional en el PVEM, el exgobernador Eugenio Hernández Flores, podría verse arrastrado por las consecuencias de esa fractura.
En el 2024, Hernández Flores no solo fue recibido con buenos ojos por la entonces candidata presidencial Claudia Sheinbaum, sino que ella misma, en más de una ocasión, se mostró cómoda con su presencia y defendió su candidatura. Ese respaldo contrastó con la frialdad hacia la exalcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, que hoy aparece en el frente opuesto al pactar con Francisco García Cabeza de Vaca, el mismo que la usó como ficha electoral contra Geño y que se encargó de encarcelarlo y manchar su nombre con una campaña negra.
La pregunta que flota en el ambiente es inevitable: ¿qué apuesta Hernández Flores en este nuevo escenario? Con Manuel Muñoz empeñado en marcar distancia de la 4T y de la propia Presidenta, el exgobernador camina en terreno resbaladizo. Lo que ayer fue cercanía y defensa, hoy puede convertirse en sospecha y desconfianza.
El Verde no solo perdió el cobijo de Morena y del gobernador Américo Villarreal; también carga con el riesgo de quedar aislado en la estrategia nacional de Sheinbaum. Y en esa ecuación, Geño podría pagar el costo político más alto: dejar de ser un aliado bien visto para convertirse en una pieza incómoda.
Del lado de Maki Ortiz, su estilo ya es conocido: colarse a las fotos, irrumpir en eventos aunque no fuera invitada y reclamar espacios a la fuerza, como lo hizo en Victoria cuando Sheinbaum llegó como candidata, o en la toma de protesta presidencial donde se filtró en la comitiva especial. Con ella, la animadversión es pública y notoria. Pero lo de Geño abre otra grieta: alguien que parecía en la ruta de reconciliación ahora se asocia con un partido que decidió romper con la 4T en Tamaulipas.
Al final, todo apunta a que Muñoz y Hernández Flores se asegurarán los primeros lugares plurinominales como tabla de salvación en 2027. Sin embargo, la política no solo se mide en curules: también en lealtades, confianza y narrativa pública. Y hoy, el Verde en Tamaulipas carga con la imagen de oportunismo que lo puede dejar sin aliados y sin legitimidad frente a un electorado que ya ha demostrado que no perdona traiciones.
*Victoria en el escaparate político*
En política, los informes de gobierno suelen ser más que una obligación legal: son escaparates de poder, mensajes cifrados y apuestas al futuro. El de Lalo Gattás, alcalde de Victoria, no fue la excepción. Con un discurso breve, pero cargado de intención, entregó su primer informe al Cabildo local y dejó claro que busca reposicionar a la capital en la narrativa estatal y nacional.
Gattás habló de frente, como él mismo lo dijo, y presumió avances bajo cuatro ejes: confianza en el gobierno, bienestar en los hogares, servicios públicos dignos y desarrollo para el futuro. Nada nuevo en el guion, pero sí relevante en un municipio que durante años vivió con rezagos, servicios colapsados y una profunda desconfianza ciudadana.
El alcalde no perdió la oportunidad de reconocer a su principal respaldo: el gobernador Américo Villarreal Anaya, a quien llamó el mejor aliado de los victorenses. Y en la misma línea, se alineó con la presidenta Claudia Sheinbaum, a unos días de su visita a la capital, subrayando que su gobierno se inspira en el ejemplo nacional de la 4T. Mensaje político puro: Victoria está en sintonía con Palacio de Gobierno y con Palacio Nacional.
La frase que dejó para la posteridad fue clara: “Servir siempre al pueblo de Victoria, con la frente en alto, con el corazón en la mano y con la voluntad de no rendirme jamás”. Una consigna que busca sonar a compromiso, pero también a desafío frente a quienes apuestan a que la ciudad siga en el abandono.
Gattás entregó ya su informe por escrito al Cabildo. Lo que sigue será el verdadero acto político: el 30 de septiembre, frente al pueblo, cuando rinda cuentas con acciones y resultados en mano. Ese será el escenario donde deberá demostrar si su narrativa de transformación tiene sustento o si solo se queda en la retórica.
Porque en Victoria —capital y corazón de Tamaulipas— los discursos pesan, pero las acciones se notan aún más. Y en esa prueba está el futuro político del alcalde.
*Claudia en Victoria: la política de la cercanía*
Este domingo, Ciudad Victoria se convertirá en el epicentro político del país. A las dos de la tarde, en el Polyforum, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo estará acompañada por el gobernador Américo Villarreal Anaya para un ejercicio que rompe con la tradición presidencialista: rendir cuentas directamente a la ciudadanía, sin intermediarios, sobre los programas y proyectos del gobierno federal en Tamaulipas.
Lo anunció en su conferencia mañanera: recorrerá todo el país, tres estados por día, bajo la bandera de “La Transformación Avanza”. Y lo hará no sólo como un informe de resultados, sino como un acto político de presencia territorial. La presidenta se propone mirar a los ciudadanos a la cara y decirles qué se ha hecho y qué se hará en cada entidad. Eso no tiene precedente en la historia reciente.
En el caso de Tamaulipas, Sheinbaum arriba con la ventaja de contar con un aliado clave: Américo Villarreal. El gobernador ya adelantó que la recibirá con “aprecio y reconocimiento”, consciente de que la 4T en el estado se sostiene, en gran medida, por la cercanía y respaldo del gobierno federal. La visita, por lo tanto, es un espaldarazo al mandatario local y un mensaje de que la alianza entre Victoria y Palacio Nacional está más sólida que nunca.
Pero no es sólo un gesto protocolario. El recorrido nacional de Sheinbaum busca instalar una narrativa: que la 4T no se aísla en los escritorios del poder, sino que se despliega en plazas, colonias y municipios. El ejercicio puede leerse también como una forma de blindar políticamente a los gobernadores aliados y, de paso, marcar la diferencia con el estilo distante de administraciones pasadas.
El domingo, el Polyforum no será sólo un escenario para aplaudir. Será un termómetro político. Habrá miles de asistentes, sí, pero también habrá lecturas: el músculo de Morena en la capital, el peso de la estructura territorial y la manera en que Tamaulipas se inserta en la narrativa nacional de Sheinbaum.
La presidenta llega con un mensaje claro: la transformación no se anuncia desde lejos, se camina y se explica de frente. Y en esa ruta, Victoria será punto de partida.