Columnas - Dra. Yirla Paola García López

“CBD: entre el mito y la medicina”

  • Por: DRA. YIRLA PAOLA GARCÍA LÓPEZ
  • 17 OCTUBRE 2025
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“CBD: entre el mito y la medicina”

Durante los últimos años, el término CBD, abreviatura de cannabidiol, ha pasado de ser un tema polémico a convertirse en un fenómeno global dentro de la medicina moderna. Su presencia en aceites, ungüentos, cápsulas e incluso cosméticos ha despertado tanto curiosidad como desconfianza. En México, aún existen mitos, vacíos de información y prejuicios culturales que dificultan su comprensión y aceptación, especialmente entre quienes lo asocian erróneamente con el consumo recreativo de marihuana. Sin embargo, detrás del debate, existe una realidad científica y médica que vale la pena conocer.

¿Qué es el CBD y cómo actúa? 

El cannabidiol (CBD) es uno de los más de 100 compuestos activos presentes en la planta Cannabis sativa. A diferencia del THC (tetrahidrocannabinol), el componente responsable del efecto psicoactivo, el CBD no produce alteraciones mentales ni adicción. Su función terapéutica se relaciona con la modulación del sistema endocannabinoide, una red de receptores que el cuerpo humano posee de manera natural y que participa en procesos como el dolor, el sueño, el apetito, la memoria y la respuesta inmunológica. Al interactuar con este sistema, el CBD puede ayudar a regular funciones corporales y restaurar el equilibrio, lo que ha llevado a su uso en el tratamiento de múltiples padecimientos.

Usos médicos reconocidos: 

Diversos estudios científicos, avalados por instituciones internacionales, han demostrado beneficios del CBD en el manejo de enfermedades como:

• Epilepsia refractaria, especialmente en niños con síndromes de Lennox-Gastaut o Dravet, donde ha mostrado reducir significativamente las crisis convulsivas.

• Ansiedad y trastornos del sueño, ayudando a disminuir la tensión y favorecer el descanso sin efectos sedantes excesivos.

• Dolor crónico y neuropático, al modular la percepción del dolor y reducir la inflamación.

• Síntomas asociados al cáncer, como náusea, pérdida de apetito o dolor derivado de los tratamientos.

• Trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple, donde puede contribuir a mejorar la movilidad y reducir la rigidez muscular.

Aunque su potencial es prometedor, los médicos subrayan que no es una “cura milagrosa”, sino un complemento terapéutico que debe usarse bajo supervisión profesional.

Mitos y realidades: 

Uno de los mitos más comunes es creer que el CBD “es droga”. En realidad, no genera dependencia ni provoca euforia. Otro mito frecuente es que “todo producto natural es seguro”, lo cual tampoco es cierto: la eficacia y seguridad del CBD dependen de su pureza, dosis y origen. El mercado actual está saturado de productos sin regulación o con contenido dudoso. Algunos incluso contienen trazas de THC o contaminantes, lo que puede generar efectos indeseables. Por eso, es esencial adquirirlos en sitios autorizados y bajo orientación médica.

Tendencias y panorama en México: 

En México, el uso medicinal del cannabis se encuentra regulado desde 2021, pero su aplicación aún enfrenta desafíos burocráticos, desinformación y tabúes culturales. Cada vez más pacientes, sin embargo, buscan opciones terapéuticas menos agresivas y más naturales. El CBD ha abierto una conversación más amplia sobre la salud integral, en la que el cuerpo y la mente se tratan como un todo. Su uso responsable, junto con hábitos saludables, puede representar una herramienta útil para mejorar la calidad de vida de muchas personas que viven con dolor crónico, ansiedad o insomnio.

Una mirada integral

y reflexiva: 

El tema del CBD va más allá de una moda o tendencia de bienestar: representa un cambio en la forma de entender la medicina. La salud no se limita a curar enfermedades, sino a prevenir, aliviar y acompañar al paciente de manera compasiva. El cannabidiol, correctamente utilizado, puede ser un puente entre la medicina tradicional y los nuevos paradigmas de salud integrativa.

Reflexión final: 

El CBD nos invita a cuestionar prejuicios y abrir la mente a alternativas seguras y basadas en evidencia. No se trata de promover el uso indiscriminado de un producto, sino de fomentar una medicina más humana, informada y empática. En un mundo donde el estrés, la ansiedad y el dolor son parte cotidiana de la vida moderna, buscar alivio no es debilidad, sino un acto de autocuidado. Informarse es la mejor herramienta para sanar con responsabilidad. El futuro de la medicina no solo está en los laboratorios, sino también en nuestra capacidad de entender, evolucionar y sanar con conocimiento y conciencia.


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