Columnas - Mariana Azcárraga Quiza

Por qué sí debemos hablar del suicidio

  • Por: MARIANA AZCÁRRAGA QUIZA
  • 20 SEPTIEMBRE 2025
  • COMPARTIR
Por qué sí debemos hablar del suicidio

Septiembre es el mes de la prevención del suicidio. De acuerdo con el INEGI (*), en 2023 se registraron cerca de 8,800 suicidios en México, una cifra mayor a la de años anteriores: en 2020 fueron menos de 8,000. 

El suicidio ocurre con más frecuencia en hombres y en personas menores de 40 años, lo que lo convierte 

en un problema de salud pública urgente. 

El suicidio no tiene una sola causa. Se trata de un fenómeno complejo en el que intervienen múltiples factores. Entre los más reconocidos se encuentran los trastornos mentales (particularmente la depresión), los intentos previos, el consumo de alcohol y otras drogas, así como antecedentes de violencia. Cada uno de estos factores incrementa el riesgo, pero no lo explica por sí solo. 

Una de las estrategias más efectivas para prevenirlo es la detección y tratamiento oportuno de los trastornos mentales. 

Lamentablemente, muchas personas enfrentan barreras para acceder a atención: los servicios son limitados, los costos elevados y el estigma sigue siendo alto. 

Además, existen mitos que dificultan la prevención. Uno de los más comunes es creer que “quien habla de suicidio no lo intentará”. En realidad, quienes lo mencionan pueden estar pidiendo ayuda y deben ser escuchados. Otro mito es que los suicidios son impredecibles, cuando la mayoría están precedidos de señales de advertencia, verbales o conductuales. 

¿Cuáles son estas señales? Algunas se relacionan con depresión: tristeza persistente, pérdida o alteraciones del sueño o del apetito, fatiga, problemas de concentración o ideas de inutilidad. 

Otras incluyen hablar de la muerte, expresar desesperanza (“a nadie le importo”, “todos estarían mejor sin mí”), aislarse socialmente, aumentar el consumo de alcohol o drogas, realizar conductas temerarias o publicar mensajes de angustia en redes sociales. Detectarlas a tiempo puede marcar la diferencia. 

Ahora bien, ¿qué hacer si identifico estos signos en alguien cercano? Es comprensible sentir incomodidad o temor de hablarlo, sobre todo porque persiste la idea errónea de que preguntar al respecto puede “dar ideas”. La evidencia muestra lo contrario: conversar sobre suicidio puede abrir una puerta para que la persona reflexione y busque ayuda. 

Lo importante es elegir un momento y un lugar adecuados, hablar con calma, sin juicios ni diagnósticos apresurados, y sobre todo escuchar. A veces no se trata de dar consejos, sino de acompañar y mostrar que nos importa. Una forma de iniciar puede ser: “Leí lo que escribiste y me preocupó, ¿quieres contarme cómo te sientes?”. 

Si la persona confirma que tiene pensamientos suicidas, debemos evitar minimizar lo que dice, sugerir que exagera o retarlo. En cambio, podemos expresar nuestro interés en que esté mejor y ofrecer apoyo para buscar ayuda profesional. 

Contar con recursos accesibles es vital. En México está disponible la Línea de la Vida: 800 911 2000, que atiende de manera gratuita y confidencial, las 24 horas del día. 

Hablar del suicidio no es peligroso ni inútil. Lo verdaderamente riesgoso es callar. Romper el silencio, reconocer las señales y acompañar a quien lo necesita puede significar salvar una vida.

* INEGI. 2024. Estadísticas a propósito del día mundial para la prevención del suicidio. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2024/EAP_Suicidio24.pdf   

*Psiquiatra, Directora del Centro Universitario de Salud y Bienestar-Universidad Panamericana


Continúa leyendo otros autores