Congreso firme que transforma

En Tamaulipas soplan nuevos vientos.
El Congreso del Estado ha dejado de ser un espectador silencioso para convertirse en protagonista activo de la transformación.
No por imposición, sino por convicción.
Desde la tribuna, en el corazón del Poder Ejecutivo, el Diputado Presidente, HUMBERTO PRIETO HERRERA, ha querido dejarlo claro: la colaboración entre poderes no es sumisión, es respeto, colaboración, participación.
Y el respeto se gana, no se exige.
A eso obedece el desfile del gabinete estatal por el Pleno, en un ejercicio inédito de rendición de cuentas que no se había visto en décadas.
La glosa del Tercer Informe no fue una formalidad.
Fue un mensaje claro: el poder ejecutivo se presenta, responde y escucha.
No sólo al Congreso, sino —como bien dijo el legislador— al pueblo tamaulipeco.
Se avecina también una cita histórica, en cuya convocatoria bordó el líder camaral en la misma ceremonia de honores a los símbolos patrios celebrada este inicio de semana, encabezada por el Gobernador AMERICO VILLARREAL ANAYA.
Por primera vez, serán los ciudadanos quienes elijan a jueces y juezas, magistrados y magistradas, ministros y ministras, así en el orden doméstico como en el plano federal..
Una reforma silenciosa, pero de enorme calado democrático.
El llamado del Congreso fue directo: hay que informar, involucrar, despertar el interés ciudadano.
Porque lo que está en juego no es menor: justicia con legitimidad.
Y legitimidad sin participación, no existe.
En medio de ese contexto, se impulsa el Congreso itinerante.
Una iniciativa que busca cerrar la brecha entre la gente y sus representantes.
Porque no hay poder legítimo si se ejerce desde la distancia o el aislamiento, de lo que hay plena convicción en esta 66 legislatura local.
El poder legislativo se ha propuesto recorrer el estado, escuchar de primera mano, dejar de ser una institución lejana, iniciando por el municipio más lejano del resto de la entidad: Nuevo Laredo.
Altamira es el siguiente destino, para lo que ya se hacen los preparativos.
El mensaje es claro: el Congreso quiere ser cercano, humano y útil.
Y cuando la tragedia se hizo presente con las lluvias en Reynosa, no hubo titubeos, ni del Gobierno, ni del Congreso.
El reconocimiento fue público: los primeros en llegar fueron los cuerpos de protección civil estatal y federal a tender la mano a las víctimas del meteoro, cuando aun el agua inundaba sus viviendas.
La solidaridad se extendió más allá del discurso.
Legisladores de distintas regiones se hicieron presentes, aportaron recursos, gestionaron apoyos y los hicieron llegar a través de sus compañeros de la zona afectada, así como por los canales institucionales que bien lideró el DIF estatal.
La presencia de la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, no solo se hizo presente desde aquellos primeros momentos de angustia; personalmente trajo esperanza para miles de familias corroídas por la desesperación de ver su patrimonio perdido.
La visita del fin de semana, trajo entre otros alicientes, la garantía de que ese acompañamiento hasta salvar la contingencia para las miles de familias afectadas no cesará, también reconoció y agradeció mucho el diputado presidente.
Más allá de las emergencias, también hay acciones concretas complementarias en las que los diputados igual aportaron otro granito de arena, a los que en su mensaje de ayer se refirió PRIETO HERRERA.
El Congreso aprobó la condonación de pagos a tianguistas y comerciantes informales afectados por las lluvias, para que en el tiempo que se recuperan de sus pérdidas personales no vayan con la carga impositiva.
Pequeños gestos, grandes impactos.
El diputado Prieto no ocultó su respaldo a esta transformación legislativa.
Insistió en que cada decisión está sustentada, no en intereses personales, sino en el beneficio colectivo, en una impulso inspirado por el movimiento de la Cuarta Transformación, ponderando, primero los pobres y rechazando la mentira, el robo y la traición al pueblo.
El Congreso, dijo PRIETO, no será instrumento de revancha, ni cómplice del pasado… no de los eventuales desvíos contemporáneos, se entenderá por añadidura.
Las viejas prácticas —la persecución, el castigo político, la simulación— ya no tienen cabida.
Hoy se actúa con firmeza, pero con sustento legal.
Con responsabilidad, no con rencor.
Y eso es, en esencia, lo que marca la diferencia.
Un Congreso que fiscaliza sin miedo, que propone sin descanso, que gestiona con visión de futuro.
Que entiende su papel no como extensión del Ejecutivo, sino como contrapeso legítimo; como complemento, en todo caso que tenga que ver con el bienestar de los ciudadanos.
Tamaulipas vive una etapa compleja, pero también prometedora.
Un momento donde las instituciones pueden ganar o perder la confianza social.
El reto está en mantenerse del lado correcto de la historia.
En palabras del propio legislador: “pertenecemos a un equipo, el mejor de México, y se llama Tamaulipas”.
La frase puede sonar grandilocuente, pero encierra una verdad.
Hoy, más que nunca, se necesita actuar con altura de miras y sentido de pertenencia.
La ciudadanía lo está mirando todo.
Y en estos tiempos, mirar también es exigir.
La verdadera transformación será cuando el Congreso, más que representar, realmente encarne al pueblo, en cuyo destino se han dado los pasos precisos en la presente legislatura.
Las deferencias públicas del Gobernador para con la representación popular en la figura de su Presidente, fueron más que elocuentes en la ceremonia cívica de inicio de semana.
La sonrisa, el abrazo, el palmeo, el aplauso compartido, hablan de entendimiento, de unión, de esfuerzos comunes en un mismo destino y no es otro que el progreso del Estado y sus ciudadanos, puestos en el centro de todos los afanes públicos.
“Son tiempos de reflexión”, recordó el médico y político gobernante.
El que tenga oídos que oiga.