Columnas - Carlos Tovar

‘El hilo que sostiene la inversión’

  • Por: CARLOS TOVAR
  • 23 ABRIL 2025
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‘El hilo que sostiene la inversión’

En Tamaulipas, hablar de economía es hablar de movimiento de cadenas logísticas que recorren de norte a sur, de parques industriales que dan empleo a miles, de puertos que enlazan al país con el mundo. Es hablar de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Altamira y Tampico. Ciudades que viven del comercio exterior, de la manufactura, de la inversión. Por eso, cuando el entorno internacional se agita, aquí se resiente y, en estos días, los temblores vienen de muchas direcciones.

El Fondo Monetario Internacional acaba de elevar al 40 por ciento la probabilidad de una recesión en Estados Unidos, producto de la guerra arancelaria relanzada por Donald Trump. La advertencia, aunque técnica, tiene consecuencias prácticas para el norte de México, algo que la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó. La mandataria dijo que en el FMI no creen que el Gobierno pueda hacer nada para cambiar una situación que viene del propio mercado. 

Lo cierto es que, si se desacelera la economía estadounidense, se desacelera la demanda de bienes producidos en nuestras maquiladoras; si se imponen aranceles, se encarecen las exportaciones mexicanas; si el flujo se rompe, Tamaulipas no sólo lo ve en cifras, lo siente en su empleo, en su consumo, en su actividad diaria.

El FMI, en su último informe, proyecta, incluso, una contracción del 0.3 por ciento para México en 2025. No por errores internos, sino por el efecto de un entorno hostil. La economía mexicana, tan integrada al mercado estadounidense, es especialmente vulnerable a los vaivenes políticos del norte. Y aunque China ha sabido redireccionar parte de su comercio, nuestro país no tiene los mismos márgenes de maniobra. La vecindad, que es una bendición en tiempos estables, se vuelve una presión cuando las reglas cambian.

En medio de este escenario global incierto, el Gobierno de México insiste en una narrativa de fortalecimiento interno. Y una de sus cartas más recientes es la Ley Nacional para Eliminar Trámites Burocráticos y Corrupción, presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum junto con la Ventanilla Única de Inversiones. En otras circunstancias, habría sido un anuncio técnico. Hoy cobra una relevancia política y económica distinta porque en tiempos de incertidumbre global los países que más atraen inversiones no son necesariamente los que prometen más, sino los que ofrecen claridad.

La Ventanilla Única busca digitalizar y simplificar los trámites necesarios para abrir, construir y operar una empresa, unificar requisitos, reducir pasos, evitar duplicidades, permitir que desde una sola plataforma se gestionen permisos, licencias y validaciones. La meta es bajar de 51 a 32 trámites, de 2.6 años a 1 año el tiempo para concretar una inversión. Puede parecer un objetivo técnico, pero para Tamaulipas es una necesidad estratégica.

Ciudades como Reynosa o Nuevo Laredo no sólo compiten con otras regiones de México, hoy compiten con Texas, con Carolina del Norte, con Asia. En el escenario de hoy las empresas que instalan una planta en Matamoros podrían hacerlo también en Brownsville. Y lo que inclina la balanza muchas veces no es el costo de la mano de obra, sino la certeza regulatoria, la posibilidad de que el proyecto no se atore por meses en alguna ventanilla, la confianza de que las reglas no cambien a mitad del camino.

En ese sentido, si la Ventanilla Única cumple lo que promete, puede convertirse en uno de los pocos contrapesos reales al entorno adverso que se perfila. Tamaulipas tendría la oportunidad de posicionarse como un estado más ágil, más confiable, más atractivo, no con discursos, sino con hechos; no con eslogans, sino con procesos simplificados y eficientes. Esto no anula los riesgos. Los aranceles estadounidenses siguen en pie. Las tensiones con China siguen latentes. La presión para replantear cadenas de suministro continúa, pero en medio de esa tormenta hay decisiones internas que sí se pueden tomar. Y una de ellas es reducir la fricción entre el inversionista y el Estado. Entre la intención de invertir y la posibilidad de hacerlo.

El reto será convertir esta promesa en práctica. Porque no basta con lanzar una plataforma si los trámites siguen dependiendo de voluntades dispersas. Si las autoridades municipales no se suman, si las dependencias estatales no homologan sus procesos, si los servidores públicos siguen pensando en función de sellos y carpetas físicas. La digitalización no es solo una herramienta. Es una transformación cultural que exige voluntad política, capacitación técnica y, sobre todo, compromiso de largo plazo.

En ese sentido, será valioso que Tamaulipas continúe fortaleciendo su participación activa en este esfuerzo nacional, que aproveche su experiencia regional, que acompañe el desarrollo de buenas prácticas y que contribuya con propuestas que respondan a su vocación económica. 

Lo que está en juego no es sólo la eficiencia administrativa; es el empleo de miles, es la competitividad de la región, es la posibilidad de que en un entorno internacional que se complica, el estado siga siendo una opción confiable para invertir y crecer.

El momento no es sencillo: Las proyecciones del FMI, la incertidumbre en Washington, las tensiones comerciales con China, los cambios regulatorios globales, todo se cruza en una coyuntura difícil, pero es precisamente en esas coyunturas cuando se define el rumbo, cuando las decisiones técnicas se vuelven estratégicas, cuando los detalles administrativos se convierten en ventajas competitivas.

Tamaulipas tiene la geografía, tiene la industria, tiene talento; ahora necesita el entorno adecuado para no perder lo que ha construido. En esta economía global cada vez más exigente, a veces lo que parece un trámite es en realidad un hilo. Uno que sostiene el futuro.

Mail: ct@carlostovar.com

X: @carlostovarmx


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