Gasto inútil en farsa judicial

Hay una buena para Tamaulipas, que la verdad, ya mucha falta nos hacía, y corrió por cuenta del Gobierno federal, que dentro de su Plan Nacional de Infraestructura Carretera para el ejercicio 2025 – 2030, destinará, para el desarrollo del Corredor Golfo Norte, 40 mil millones de pesos, donde el grueso de la inversión se la llevará la carretera Nuevo Laredo – Tampico, que tendrá un trazo aproximado de 503 kilómetros que incluirá en el tránsito a Ciudad Victoria.
Lo anterior quiere decir que, una vez concluida, los laredenses podrán viajar hasta Tampico a una velocidad de 110 kilómetros por hora en un plazo de cinco horas; pero no solamente eso, porque también beneficiará a los regios, lo mismo cuando quieran ir al puerto jaibo para vacacionar o a hacer negocios, pues ahora los llevará recorrer ese tramo de tres a tres horas y media.
Aparte de lo anterior se modernizarán 67 kilómetros de la carretera Ciudad Valles – Tampico, que será ampliada de dos a cuatro carriles y es el inicio de la conexión Pachuca – Tampico, como parte del eje Pachuca – Huejutla.
Estas obras son, definitivamente, de un alto impacto para Tamaulipas, porque permitirá una mayor fluidez y en menos tiempo transportar mercancías desde el puerto de Tampico a Monterrey y a Nuevo Laredo.
Lamentablemente, no se incluyó Reynosa, lo cual ni nos sorprende, porque regularmente ven a esta ciudad como el “patito feo” y en la que sus habitantes se conforman con cualquier cosa.
Recuerdo que durante el sexenio de EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES se habló de dos obras de mucho beneficio para nuestra peligrosa y madreada Reynosa. Una fue la construcción del acueducto ribereño, que transportaría agua de la presa Falcón y abastecería a las ciudades asentadas a la orilla del río Bravo. Quedó en proyecto, y nadie lo ha vuelto a tocar, y de eso estamos hablando a más de 15 años.
Otra obra que se esbozó fue la carretera del Golfo de México, que iniciaría en Matamoros, “costeando” el mar para llegar a Tampico, esto en el sexenio de TOMÁS YARRINGTON RUVALCABA, quien incluso organizó una rodada en moto desde la tierra de RIGO TOVAR hasta el puerto jaibo, pero sobre la orilla del mar, como una prueba de que era viable desarrollar esa obra, la que reduciría el tiempo de traslado entre Matamoros, así como Reynosa con Tampico; también quedó en el olvido.
Y la recuerdo ahora que el Gobierno federal anunció 40 mil millones de pesos para el Corredor Golfo Norte. Ya nos llegará el turno con una obra así, nomás que en el sexenio Sheinbaum ya no habrá esa posibilidad.
Y por el mundo de la política, una vez que disminuyeron las discusiones sobre la forma en que transcurrió la elección judicial del pasado domingo, ahora afloran los “asegunes”, entre otros que se gastaron 200 millones de pesos en la votación para jueces y magistrados del fuero común, aunque hay quienes aseguran que eso fue el cálculo inicial, porque cuando vieron que los trabajos estaban atrasados, tanto en la estructura electoral como en la promoción del voto, la cuenta subió a los 250 millones de pesos. Ese dinero bien pudo ser evitado haciendo las cosas a la antigüita.
Cuando Yarrington inició su periodo de gobernador propuso a la licenciada reynosense ANA TERESA LUEBBERT GUTIÉRREZ como titular del Poder Judicial de Tamaulipas, el Congreso del Estado de inmediato la aprobó y, después, los magistrados sin remilgos votaron por ella como presidenta del supremo Tribunal de Justicia.
Ana Teresa, que ya descansa en paz, contó con todo el respaldo de Yarrington para darle una barrida al Poder Judicial, que vaya que lo entregaron por puertas. Y no le tembló la mano, le dio tronco, si mal no recuerdo, como a 90 jueces, y no hubo gritos ni sombrerazos, y lo mejor, sin gastar un peso del erario.
En cambio, hoy, para renovar el Poder Judicial por ya no tener confianza en los que están recurrieron a la farsa de la democracia judicial, que tuvo un costo de alrededor de 250 millones de pesos, estamos hablando solamente para renovar el Poder Judicial del fuero común, porque lo que fue la elección del Judicial de la Federación tuvo un costo de seis mil millones de pesos, que también se hubieran evitado ese gasto si las cosas las ejecutaran como antes, pero para simular que los de la 4T son demócratas, urdieron una elección judicial muy costosa y que dejó una de heridos y lamentos.
Tan no era necesaria esa elección, que aquí en nuestra madreada, paralizada y peligrosa Reynosa solamente votaron aproximadamente 35 mil personas de un padrón de 580 mil, con lo que de pasada varios quedaron exhibidos, pues se habían comprometido a estimular a los votantes, que esa tarea la encomendaron a los diputados locales y salieron por debajo de la mesa.
Cuentan que también pidieron le tirara esquina a la senadora pluri por San Luis Potosí, MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ, quien para no variar les pintó su violín. Ella se preocupó solo por los Makicolas que fueron postulados para cargos de jueces y uno que otro de magistrados.
No le metieron suficiente gasolina a la maquinaria electoral y también salió por debajo de la mesa, y a ver si le siguen creyendo que ya está lo que se dice a partir de un piñón con los morenistas.
También provocó sospechosismo que por esta ciudad resultaran ganadores para juzgados familiares abogados y abogadas que no son de aquí, mientras que uno que tiene años de trabajar para el Poder Judicial de Tamaulipas por estos rumbos, extrañamente resultó derrotado, y la suspicacia aumentó porque hasta donde sabe el columnista, era un juez respetado por los litigantes. Me refiero a RAÚL ESCAMILLA, que no merecía le hicieran la jugarreta.
En pocas palabras, si a través de la novedosa estrategia de los acordeones, con lo que de pasada le quitaron el titulo a RAMÓN AYALA de Rey del Acordeón para amacizar a quienes querían quedaran como magistrados, jueces y ministros, y en Ciudad Victoria a jueces y magistrados del fuero común no tenían para qué hacer tanto gasto y de paso evitarse el bochornoso espectáculo de la democracia simulada.
Y por hoy, BASTA.
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