Columnas - Eugenio Millá M.A.

‘El Retrato de Dorian Gray: La Vanidad, la Moral y la Búsqueda de la Juventud Eterna’

  • Por: EUGENIO MILLÁ M.A.
  • 01 JUNIO 2025
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‘El Retrato de Dorian Gray: La Vanidad, la Moral y la Búsqueda de la Juventud Eterna’

Estimado lector: hoy exploramos una de las obras más célebres de Oscar Wilde, “El retrato de Dorian Gray”, una novela que, desde su publicación en 1890, ha generado tanto admiración como controversia. Esta obra, que explora las fronteras de la moral, la estética y el hedonismo, presenta un retrato de la juventud, la belleza y la decadencia humana. A través de su protagonista, Dorian Gray, Wilde no sólo cuestiona las convenciones sociales de la época, sino que también realiza una profunda reflexión sobre el alma humana, la corrupción del carácter y el precio de la vanidad.

La Trama: El Retrato y la Destrucción de Dorian Gray

La historia gira en torno a un joven llamado Dorian Gray, un hombre de belleza inmaculada y encantadora, quien, al ser retratado por el pintor Basil Hallward, expresa el deseo de que su retrato envejezca en su lugar, mientras él permanezca siempre joven y hermoso. Esta aparente frivolidad es el punto de partida para una trama que explora la degeneración del alma humana. Dorian, influenciado por el cinismo y la filosofía hedonista del decadente Lord Henry Wotton, decide llevar una vida de indulgencia y búsqueda de placeres, sin preocuparse por las consecuencias morales de sus acciones.

A medida que Dorian se entrega a sus deseos más oscuros y egoístas, su retrato va adquiriendo los efectos de sus pecados: cada vez que comete una transgresión, el retrato se vuelve más grotesco y distorsionado, mientras él se mantiene físicamente intacto, como si el tiempo no tuviera poder sobre él. Esta dualidad entre su apariencia juvenil y el deterioro de su alma reflejado en el retrato será la piedra angular de la novela, en la que se mezcla lo estético con lo moral de una forma profundamente perturbadora.

Los Personajes: La Influencia, la Vanidad y la Corrupción

Uno de los elementos más fascinantes de El retrato de Dorian Gray es la complejidad psicológica de sus personajes. Dorian Gray, como el protagonista central, es un joven inicialmente puro, cuya vida se ve transformada por la influencia de Lord Henry Wotton, un hombre hedonista que ve en la juventud y la belleza las máximas virtudes de la vida. A través de Henry, Wilde presenta una visión de la vida que valora el placer personal y la búsqueda constante de la gratificación, sin importar el costo moral. Lord Henry actúa como el “demonio” de la novela, guiando a Dorian por un camino de autodestrucción a través de su retórica encantadora pero peligrosa.

Por otro lado, Basil Hallward, el pintor que crea el retrato, representa una visión más idealista y moralista. Basil es profundamente admirador de Dorian, pero a lo largo de la novela también se convierte en una víctima de su propia obsesión con él. Su amor por Dorian es puro, pero también trágico, ya que su incapacidad para confrontar la corrupción de Dorian lo lleva a la ruina. Basil es el único personaje que intenta detener a Dorian y hacerle ver el daño que está causando a su alma, pero su lucha es en vano, pues Dorian ya ha abrazado por completo su vida de hedonismo.

La Estética y la Moral: El Conflicto Central

Uno de los grandes temas de la novela es la confrontación entre la estética y la moral. Dorian Gray se convierte en un símbolo de la belleza pura e inmaculada, pero al mismo tiempo, su alma se corrompe a medida que se entrega a un estilo de vida sin restricciones. Wilde, conocido por su aguda crítica social, utiliza la figura de Dorian para explorar cómo las sociedades valoran la apariencia externa y la juventud por encima de la integridad moral. La novela se convierte así en una reflexión sobre la superficialidad, la obsesión por el cuerpo y la apariencia, y la falta de profundidad emocional y ética en una sociedad que pone tanto énfasis en lo estético.

La dualidad entre el cuerpo de Dorian y su retrato también plantea preguntas filosóficas sobre la identidad y la responsabilidad. Dorian puede aparentar ser un hombre perfecto, pero su retrato, que refleja la verdad de su alma, es un recordatorio constante de la naturaleza destructiva de su vida. A través de esta imagen distorsionada, Wilde sugiere que los deseos humanos más profundos y las decisiones más oscuras eventualmente tienen consecuencias que no pueden ser eludidas, aunque se trate de esconderlas.

Reflexión Final: La Búsqueda de la Juventud Eterna y el Precio de la Vanidad

El retrato de Dorian Gray es mucho más que una simple novela sobre la corrupción de un hombre joven. Es una crítica feroz a la sociedad que idolatra la apariencia externa y margina las virtudes internas, una reflexión sobre los peligros del hedonismo y la obsesión por la belleza y la juventud. Wilde, a través de la historia de Dorian, nos muestra que intentar escapar de las consecuencias morales de nuestras acciones no solo es una ilusión, sino también una tragedia. La novela subraya que la juventud, la belleza y el placer no son fines en sí mismos, y que la verdadera belleza está en la integridad del alma, que no puede ser preservada por medios artificiales.

Dorian Gray nos recuerda que la búsqueda de la juventud eterna y el rechazo de la moral pueden conducir a la autodestrucción, y que la vanidad, por más atractiva que parezca, siempre tiene un precio. En un mundo obsesionado con lo superficial, Wilde nos invita a reflexionar sobre la importancia de la autenticidad, la responsabilidad y el valor de lo intangible en un mundo que a menudo privilegia lo efímero y lo visible.

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. Un abrazo Grande. Aprovecha cada día al máximo, “Carpe Diem” y también “Carpe Nocte” ¿por qué no? ¡Hasta la lectura siempre! 

Instagram: coneldiabloenlosdetalles


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