El relevo en la FGR es una oportunidad

La semana pasada se gestó uno de los movimientos en la conformación institucional más sorprendentes y relevantes: la renuncia del primer fiscal general de la historia de nuestro país, Alejandro Gertz.
La norma prevé que para que dicho movimiento sea ejecutado, se requiere de una razón grave que impida -física o mentalmente- al fiscal general ejecutar su función.
Sin embargo, la justificación que Gertz compartió en su renuncia, no obedece a tales criterios. Según la carta que el fiscal hizo llegar al Senado, su salida se debe a que la presidenta lo invitó a ocupar el cargo de embajador en “un país amigo”.
Si los legisladores hubiesen sido respetuosos de la ley, no habrían aceptado tal justificación como causa para aprobar la separación de Gertz de su cargo. No obstante, la salida -ilegal- de Gertz, representa una oportunidad, ya que su paso por la FGR dejó mucho a desear.
Durante los 7 años de su gestión, la opacidad creció, se cerraron los espacios de comunicación y colaboración con víctimas, colectivos, academia, sociedad civil y cooperación internacional.
Durante la gestión de Gertz, en un claro contrasentido, se observó una caída de las carpetas de investigación de delitos federales pese a que vivíamos el momento de mayor violencia de nuestra historia.
Es decir, el aumento de delitos cometidos por los grupos de delincuencia organizada que observamos de 2018 a 2024 no se acompañó de un subsecuente crecimiento de la investigación por parte de la FGR.
En resumen, Gertz dejó una institución muy opaca en su operación y con pocos o ningún resultado claro en su rol de disminuir la incidencia delictiva y violencia.
Por ello, dicho cambio -aun en su ilegalidad y desaseo- representa una oportunidad para mejorar el acceso a la justicia para las víctimas y reducir la impunidad.
Actualmente Ernestina Godoy funge como encargada de despacho y todo apunta a que será ratificada en el cargo.
Godoy es muy cercana a la presidenta Sheinbaum, hasta el viernes era la Consejera Jurídica de la Presidencia de la República y el sexenio pasado, cuando la mandataria era Jefa de Gobierno, Ernestina Godoy fue su fiscal general.
Como titular de la fiscalía capitalina fue una titular abierta al diálogo con la sociedad civil, con ella desde el Observatorio Nacional Ciudadano impulsamos un proyecto de reducción de homicidios -financiado por la Fundación Naumann y la Embajada de Francia- que fue muy exitoso y que siempre contó con su apoyo.
Su llegada a la FGR permite reconstruir la dupla de la Ciudad de México, con Omar García secretario de seguridad federal.
Pese a que como mexicano lamento que la salida de Gertz ocurra tras un proceso ilegal, celebro la posibilidad que su cambio sea una real oportunidad de mejorar a la institución más importante de procuración de justicia del país.



